La crema de espinacas y aguacate es una opción deliciosa y saludable que combina la suavidad del aguacate con el sabor característico de las espinacas. Este plato es ideal para una comida ligera o como entrada en una cena. A continuación, te mostraremos paso a paso cómo prepararlo.
Lava bien las espinacas bajo agua corriente para eliminar cualquier residuo de tierra. Escurre y reserva.
Pica finamente la cebolla y el ajo. Asegúrate de que el aguacate esté maduro para que se mezcle fácilmente.
En una olla grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Agrega la cebolla y sofríe hasta que esté transparente, unos 5 minutos. Luego, añade el ajo y cocina por 1-2 minutos más, hasta que esté fragante.
Añade las espinacas a la olla y cocina hasta que se marchiten, aproximadamente 3-4 minutos. Si es necesario, puedes añadir un poco de caldo de verduras para facilitar la cocción.
Vierte el caldo de verduras en la olla y lleva a ebullición. Reduce el fuego y deja cocinar a fuego lento durante 10 minutos.
Retira la olla del fuego y deja enfriar un poco. Añade el aguacate en trozos y mezcla bien.
Utiliza una batidora de mano o una licuadora para hacer puré la sopa hasta que esté completamente suave y cremosa. Si deseas, puedes ajustar la consistencia añadiendo más caldo o agua.
Regresa la sopa a la olla a fuego bajo y añade la crema de leche. Mezcla bien y calienta suavemente. Añade jugo de limón al gusto y sazona con sal y pimienta.
Sirve la crema caliente en tazones o platos hondos. Decora con semillas de sésamo o nueces, y añade un chorrito de aceite de oliva por encima.
Sirve la crema con pan tostado y espolvorea con hierbas frescas para un toque extra de frescura.
Puedes añadir otras verduras como calabacín o brócoli para variar el sabor y la textura de la crema. Estas opciones también aportan más color al plato.
Si prefieres una opción más ligera, puedes sustituir la crema de leche por yogur natural o leche de coco, que le dará un sabor exótico.
Agrega un poco de chile o pimienta roja al sofrito de cebolla y ajo para darle un toque picante a la crema.
La crema se puede almacenar en un recipiente hermético en el refrigerador durante 2-3 días. Simplemente caliéntala suavemente antes de servir.
Para una presentación más sofisticada, sirve la crema en tazas de café o en platos hondos, y acompáñala con un poco de pan artesanal.
A la hora de elegir espinacas, opta por las más frescas. Las espinacas baby son ideales para esta receta, ya que son más tiernas y tienen un sabor más suave. Si decides utilizar espinacas congeladas, asegúrate de descongelarlas completamente y escurrir el exceso de agua antes de añadirlas a la sopa.
El aguacate es la estrella de este plato. Escoge uno que esté maduro, lo que significa que debe ceder un poco al tacto. Un aguacate demasiado duro no se mezclará bien, mientras que uno demasiado maduro podría afectar la textura de la crema.
Si deseas experimentar con sabores, considera añadir otras hierbas frescas, como albahaca o cilantro, que complementarán perfectamente los sabores del aguacate y las espinacas. La menta también puede aportar una frescura interesante al plato.
Para un acabado aún más suave, puedes usar un colador fino después de licuar la crema, lo que eliminará cualquier trozo restante y dará como resultado una textura aterciopelada.
Si deseas que la receta sea completamente vegana, utiliza leche de coco o una crema a base de anacardos en lugar de la crema de leche. Esto mantendrá la cremosidad del plato sin perder el sabor.
Puedes servir la crema con un toque de salsa picante o un pesto ligero para darle un extra de sabor. Estos complementos no solo mejorarán el sabor, sino que también agregarán un toque de color al plato.
La crema de espinacas y aguacate es un plato fácil de preparar y lleno de sabor. Ideal para cualquier ocasión, es perfecta como entrada o plato principal. Deja que tus amigos y familiares disfruten de esta deliciosa receta, ¡y buen provecho!
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